Es difícil apagar
el fuego de este infierno, lo se, lo se, ella me dice que debo resguardar la
quietud, pero ella sabes mas que este viejo perro, y entonces, apago el equipo,
pienso en sus palabras, las firmes y las duras, las mas dulces, aquellas que harían
parecer a la virgen una rufiana. Me pregunto ¿que hará ahora en esa habitación?
a hermanos, ella es letal.
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