¡SILENCIO!

¡SILENCIO! quiero ver la tarde caer ante sus ojos, ¡SILENCIO¡ que me pierdo de aquel espectáculo cuando ella dicta el corazón un latido hacia mi, ¡SILENCIO! que quiero morir con la suave sensación de sus besos, de su alma tocándome los pies, ella es mi ángel de la muerte. ¡SILENCIO! que ya llega la hora de surcar los tiempos amargas con esa bella sensación de su nombre en mi boca, ¡SILENCIO! me desangro de sueños cuando ella se pierde entre ruidos molestos, entre esas amargas fiestas salvajes producto de mis tempestades, ¡SILENCIO! que el mundo sigue girando, pero yo me quedo quieto en ese vaivén cósmico y entonces vuelvo los ojos locos y la recuerdo, ¡SILENCIO! que me pierdo, me corto y luego camino, no entiendo la vida, ella si, ¡SILENCIO! que a pasos pequeño quiero oír su frenesí, su rabia caer a faldas de esas montañas de la locura, ¡SILENCIO! pájaros multicolores todos provenientes de su alma anidaran en mi, ¡SILENCIO! quiero arder en sus brazos y pronunciar una oración, ¡SILENCIO! quiero oír mi corazón latir por ella en esas calladas y duras noches después de las 10:00 p.m